En Paso de los Libres, un joven de 19 años, identificado como Daniel Alejandro Cardozo, alias «Patito», fue condenado a 13 años de prisión tras ser encontrado responsable del robo de dos celulares, uno de ellos a punta de cuchillo, y luego por adquirir otro dispositivo similar cuyo origen también era un ilícito.
La sentencia, resultado de un acuerdo de juicio abreviado pleno impulsado por el fiscal Facundo Sotelo (Ufic) y homologado por el juez de Garantías Gabriel Aldaz, lo encontró autor penalmente responsable de los delitos de robo simple, robo agravado por el empleo de arma (cuchillo) y encubrimiento por receptación dolosa, todo en concurso real.
CASO POR CASO
En el primero de los tres legajos que conformaron la acusación, la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas (Ufic) probó que el 15 de mayo de 2024, alrededor de las 18:20, Cardozo abordó a una mujer que caminaba con su hijo de 2 años en un descampado entre los barrios 17 de Agosto y 80 Viviendas. Allí, le exigió el celular haciéndole creer que empuñaba un arma blanca.
Solo tres días después, «Patito» perpetraría un ataque similar, pero esta vez con la clara y peligrosa presencia de un cuchillo en mano. Las víctimas fueron tres adolescentes de 13 años en Madariaga, entre Brasil y Adolfo Montaña. Una de las jóvenes se resistió, cayendo al suelo tras un forcejeo, momento en que Cardozo empleó el cuchillo para intimidarla, amenazando con «hincarla» si no le entregaba su teléfono.

El tercer delito ocurrió el 23 de mayo del año pasado. En su domicilio del barrio «Las Tablitas», Cardozo adquirió un celular a sabiendas de que era robado. Las pesquisas del cotitular de la Ufic lograron dilucidar la «ruta negra» de este dispositivo, que había sido sustraído tres días antes por otros dos sujetos en el cruce de las avenidas 2 de Abril y Jorge Newbery. En este último robo, la víctima, otra mujer que caminaba con sus hijos menores, fue tomada del cuello y amenazada con la frase: «Dame el celular o lastimo a tus hijos».
Pese a que el dispositivo recuperado en este último caso se encontró en poder de otro individuo, las actuaciones de la Comisaría Segunda de Paso de los Libres determinaron que Cardozo lo había comprado. El juez Gabriel Aldaz fue explícito en su dictamen, afirmando que «la tenencia y disposición del cuerpo del delito con el conocimiento de su origen ilícito, configura la comisión del delito de encubrimiento de robo, independientemente de que se encuentre o no a los autores».
PRUEBAS DETERMINANTES
Entre las pruebas determinantes contra Cardozo se incluyeron el testimonio en Cámara Gesell de una adolescente víctima, la identificación por parte de otra de las damnificadas, filmaciones detalladas de la Oficina de Monitoreo de la ciudad, y las pericias psiquiátricas realizadas tanto a las víctimas como al propio delincuente. A su vez, la defensa de Cardozo renunció a los plazos procesales, lo que permitió que la sentencia quedara firme de manera inmediata.

