El 25 de Mayo sirvió de excusa para nuevas manifestaciones en contra de las medidas de los gobiernos (Nacional y provinciales) ante la escalada de muertes y contagios por el coronavirus. Rosario, Córdoba y Capital Federal fueron epicentros de marchas de protesta «anti confinamiento». En la ciudad santafesina hubo balas de gomas y heridos. La movida fue orquestada por distintos grupos bajo diferentes motivaciones. En el territorio rosarino, los que encabezaron la queja fueron los integrantes de la agrupación Médicos por la Verdad, desde donde niegan la pandemia e instan a no respetar los protocolos. En el ámbito porteño, fue una convocatoria anti K, que se evidenció en el cotillón utilizado por los reclamantes. Mientras, en los distritos donde el conflicto no cunde, se observa una llamativa relajación de la gente. Plazas y parques abarrotados, como en Corrientes. Más allá de que se vacían antes de las 21, en las horas previas se observa un amontonamiento preocupante de gente. En ambos casos, tanto en las manifestaciones como en el esparcimiento tranquilo, el descuido de los protocolos para evitar contagios se torna una tendencia común. La relajación y la desaprensión, factores clave de la avanzada viral
